Cómo evaluar la rentabilidad de una inversión - Parte 1
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El presupuesto de capital es un proceso que emprende una empresa para evaluar posibles grandes proyectos o inversiones, para decidir si implementarlos o no.
La construcción de una nueva planta o una gran fábrica en un país extranjero son ejemplos de proyectos que requieren - como se puede comprender fácilmente - una evaluación muy cuidadosa antes de ser aprobados o rechazados.
La evaluación de estas inversiones pasa por el llamado proceso de presupuestación de capital, que se basa en la evaluación de los flujos de caja entrantes y salientes del proyecto, para determinar si los rendimientos potenciales así generados satisfacen un objetivo de rentabilidad considerado suficiente.
De esta manera intentamos reducir la incertidumbre vinculada a tales iniciativas estimando los probables retornos económicos de tales inversiones.
Existen tres técnicas principales de evaluación de inversiones, cada una con sus pros y sus contras:
- Período de recuperación de la inversión (PBP) para anglófilos;
- Valor Actual Neto (NPV) o Valor Actual Neto (NPV) ;
- Tasa Interna de Retorno (TIR) o Tasa Interna de Retorno (TIR) .
La lógica detrás de los distintos criterios de evaluación es muy simple y consta de estos dos pasos en secuencia:
- estimación de los flujos de efectivo entrantes y salientes futuros relacionados con el proyecto de inversión específico (es común a todos los métodos);
- descuento de los distintos flujos futuros en la fecha de referencia de la evaluación, para comprender si el proyecto es rentable y en qué medida (esto es común a los dos últimos métodos).
Con estos supuestos es fácil entender cómo el presupuesto de capital también se puede utilizar con éxito en decisiones de toma o compra , como veremos en el siguiente ejemplo, en el que utilizaremos las tres técnicas y descubriremos que cada una de ellas tiene sus propias cualidades. sus fortalezas y debilidades.
Pero vayamos al meollo del ejemplo, e imaginemos que somos una empresa propietaria de una gran planta que ahora está obsoleta, por lo que nos enfrentamos a la siguiente elección:
- A – reparar/renovar el sistema existente;
- B – comprar un nuevo sistema.
La reparación de la planta existente implica una inversión (salida de efectivo) de 100.000 y, una vez finalizada, nos permitirá producir un cierto nivel de flujos de efectivo (entradas) en un horizonte temporal determinado, que estimamos por ejemplo en 5 años.
La compra de una nueva planta implica, en cambio, una doble inversión, equivalente a 200.000 €, que permitirá obtener - en el mismo horizonte temporal - un cierto nivel de flujo de caja (superior al caso anterior, ya que la planta es nueva y, por tanto, más productiva).
Todo se puede resumir de la siguiente manera:
Si consideramos el Payback Period como regla de decisión, el emprendedor debería optar por la solución A, ya que de esta forma recuperaría la inversión en 2 años, en lugar de 3 como en el caso B de compra.
Como puede verse en la siguiente figura, de hecho, en el caso A la producción inicial de 100.000 se repone con los flujos de los dos primeros años (50.000 + 50.000), mientras que en el caso B para recuperar la producción inicial de 200.000 será necesario necesario esperar tres años (30.000 + 100.000 + 70.000).
La representación gráfica de las 2 alternativas permite comprender mejor la lógica del Período de Recuperación, dada por la intersección de la línea recta de salida inicial con la curva de entrada acumulada de flujo de caja.
VENTAJAS del periodo de Payback:
- simplicidad de los cálculos
- interpretación inmediata de los resultados
DEFECTOS del periodo de Payback:
- no tiene en cuenta el factor tiempo
- no considera flujos posteriores al período de recuperación
En la segunda parte del artículo entenderemos el funcionamiento -siguiendo con nuestro ejemplo- de los otros dos métodos de evaluación, que intentan superar las notables cuestiones críticas del método que acabamos de ver.